Un día, vino un hombre extraño y Ferrán se quedó mirando como el caballero y el visitante hablaban. Aquel hombre hablaba de una piedra filosofal que transformaba todos los metales en oro. Y que si el caballero le aportaba 500 ducados lo metería en su negocio. El aceptó.
Luego, pasado un tiempo, cuando leyó la libreta de Ferrán, vio que Ferrán había escrito que aquel hombre no volvería porque era un estafador y el caballero se echo a reír. Con el tiempo ya veremos si vuelve o no. Ferrán dijo que si volvía restificaría, porque restificar es de sabios.
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